hacia su hermosa Bella...
V
...dicha entrega
del amable Caballero,
era tan poderosa
e inmensamente
generosa, que
con mero hecho,
la dulce y esplendorosa
Dama, sentía
improbable controlar
la emoción que con
honestidad la invadía.
El destello de
sus miradas
que encajaba
a la perfección
en sus veladas,
esos ojos
culminantes,
luminosos,
que podían hablar
por si solos,
les hacía tener
ese instante irrepetible,
y con toda seguridad,
esa impecable
declaración que
se iba creando y
proclamando de
corazón,
con mucha sutileza
y total delicadeza...
VI
...y, a esa delicada relación,
ya no le hacía falta hacerse
de notar ni demostrar,
puesto que ya se podía ver,
oír e incluso respirar.
El susurro de sus labios,
fresco y gustoso como
el viento,
era un murmullo
de bellas palabras
oídas y habladas
en silencio.
El tacto tiento de
sus manos suaves y
aterciopeladas,
hacían de las caricias
trémulas y tiernas;
su piel cálida y erizada,
de ese cuerpo
fogoso y ardiente,
deseoso y pendiente
de todos esos sentidos,
que hace por momentos
desfallecer tan de repente...
VII
...el de repente,
se hizo instante,
y después ya más tarde,
todo era constante.
Los gozosos momentos tan
intensamente amorosos,
que mutuamente
se concedían,
poco a poco y sin prisa,
absortos en sus
pensamientos que fluían
como la misma brisa,
espontáneos y libres
ellos dos,
abrigados por todo el
amor que se tenían
y transportados por el
deseo que les conducía,
embriagados por su
corazón, que con fuerte
palpitar les latía...
El apuesto Galán,
admirado totalmente
sin fin, por esa inmensa
manera de Ser,
de su más amada
y adorada Mujer...
VIII
...y era de admirar
el modo de ser
y pensar de Ella.
Poseer esa facilidad
al conversar,
capacidad de oír
y escuchar,
interior y exterior
pura y nata belleza,
digna de halagar y elogiar,
extrema lealtad,
enorme franqueza,
la cual poder
manifestar y expresar
con íntegra realeza.
El apasionado Caballero,
aún no osaba ver ni a creer,
lo afortunado que podía
ser de tener a tan
preciada Dama.
Complacido de tanta dicha,
que, con extensa llama
de pureza y de amor
se pronunciaba y
culminante
primor otorgaba...
IX
...y la llama de ese amor,
inmensamente fuerte,
poderosa, muy potente,
se proclama latente,
encendida e iluminada
con valentía, insaciable,
con muestra de calor
y ardor en armonía,
demostrándose
enorgullecida,
por extender dicho
amor en vida.
La consolidada y
entregada pareja,
aún no podía asimilar
tal acontecimiento
tan peculiar, que
con conocimiento
les influía.
Esa savia y
comprometida
decisión, que
la dulce Doncella
tomó en su día
sin previa cuestión,
metódica y práctica
sólo en ella...
X
...decisión propia y
cualificada,
con suficiente poder
de autonomía,
con libertad capacitada
para elegir,
situación adecuada y
buena elección,
con enorme valía,
para poder conseguir
y construir, esa maravillosa
realidad, dispuesta a
seguir con fuerza
hacia delante, con
entusiasmo y talante alegría.
La gente humilde
del lugar,
veía con gran porvenir,
a la excelente y
entrañable pareja,
y era de intuir y percibir,
el camino que debían
tomar y seguir.
Un camino obrado
y sembrado,
del cual poder
alimentar y recolectar,
ese fruto
continuamente regado,
siendo
inmensamente
agrandado,
para dicho sabor
poder apreciar y degustar...
Infinitamente...Eternamente...
© Connie 2008